Hogueras de San Juan (La Aldea de San Nicolás)
El Folklore maldito de las Islas Canarias,
Grupo folklórico del centro superior de educación de la Universidad de La Laguna. Gran Canaria, 2002
Islas Canarias
Se cree que el uso del bucio (caracola de la Charonia lampas) se remonta a los pobladores de las islas antes de la llegada de los conquistadores españoles. Su utilización para hacer señales útiles o festivas se ha mantenido en el archipiélago por los pastores, desarrollando toques específicos para cada situación, y también como señal para marcar la hora de suelta en los trabajos agrícolas o para avisar cuando se prendía fuego el monte. La grabación recoge el jaleo y los toques de bucio en las hogueras de San Juan en La Aldea de San Nicolás.
Si en la bajada de las ramas el bucio acompaña al agua, en la noche de San Juan lo hace con el fuego, elemento esencialmente ligado al origen volcánico del archipiélago.
Curiosamente, oquedades cubiertas por lava y chimeneas volcánicas reciben en las islas la toponimia de bucios, haciendo emerger, por traslación metafórica, la imagen del territorio como una gran caracola. Un territorio colonizado, poco a poco, por la evolución de especies endógenas o por la llegada de especies cosmopolitas, fruto de la estratégica posición del archipiélago canario en las travesías oceánicas a partir del siglo XVI.
Ciertamente, mucho antes que las plantas de Doramas alcanzarán su distribución cosmopolita gracias a los viajes humanos, los bucios ya lo habían logrado de manera natural, como demuestran las conchas de Charonia lampas encontradas entre los maoríes de Nueva Zelanda, en la otra punta del mundo, o la existencia de conchas similares en cuevas paleolíticas, lo que las convierte en uno de los primeros instrumentos sonoros de la humanidad.
De esta forma, si el bucio como instrumento emite señales, como caracola nos conecta con el sonido de paisajes marinos, en ocasiones, distantes. De alguna manera Kleos Doramas puede pensarse como una caracola que permite utilizar las plantas cosmopolitas que nos rodean para conectarnos a sus paisajes originarios a través de la música.